Añade una explosión de sabores mediterráneos a tu pan o pasta con la mezcla dulce y sabrosa de nuestra Salsa de Tomate Siciliana.
Cómo hacer salsa de tomate siciliana
Puedes encontrar una receta detallada con las cantidades completas en la ficha de la receta al final de esta página.
Paso1: Prepara los ingredientes picando el ajo, rallando la zanahoria y picando la cebolla, el orégano y la albahaca.
Paso 2: Calienta el aceite de oliva a fuego medio y añade la cebolla, rehoga hasta que esté transparente. Añade el ajo picado, removiendo durante 1-2 minutos.
Paso3 : Vierte los tomates triturados y, a continuación, añade la zanahoria rallada, el orégano, la albahaca, la guindilla (si la usas), la sal y la pimienta.
Paso 4: Remueve hasta que esté bien mezclado. Cuece a fuego lento durante 30-40 minutos, removiendo de vez en cuando para que la salsa espese. Puedes añadir un poco de agua si espesa demasiado, y una cucharadita de azúcar si resulta demasiado ácida.
Paso 5: Adorna con albahaca fresca (a mí me gusta mezclarla para que el sabor sea más uniforme) y sirve con pan o sobre la pasta.
Ajustes
Prueba algunos de estos ajustes si quieres cambiar las cosas.
- Experimentos con hierbas: Prueba a experimentar con distintas hierbas. El tomillo, el romero o la mejorana son buenas opciones para añadir complejidad.
- Aromáticos adicionales: Añade una hoja de laurel (yo lo hago) para infundir sabor adicional a la salsa. Recuerda retirarla antes de servir.
- Carameliza las cebollas: Si te tomas un tiempo extra para caramelizar las cebollas, añadirás una profundidad dulce y rica a la salsa. Me encanta cuando utilizo la salsa exclusivamente sobre pasta en lugar de pan.
- Tuesta el ajo: Tuesta el ajo antes de añadirlo a la salsa para conseguir un sabor más suave y ligeramente dulce.
- Corteza de Parmesano: Si tienes una corteza de queso parmesano, échala en la salsa mientras se cuece a fuego lento. Añadirá una sabrosa riqueza a la salsa. O bien, adorna la receta original con un poco de parmesano rallado.
Conservación
Hay que reconocer que esta salsa está mejor fresca. Pero si has hecho demasiada, no temas, aquí tienes cómo gestionar las sobras.
Refrigérala: Las salsas caseras para pasta duran entre 3 y 4 días en el frigorífico. Cuando la hayas dejado enfriar, pásala a un recipiente de cristal y tápalo. Unas cuantas capas de film transparente o una tapa reutilizable bastarán.
Congela: La mayoría de las salsas para pasta pueden congelarse hasta 6 meses, pero ésta tiene trozos… muchos trozos. Lo que significa que se conserva mejor si sólo la congelas durante 3 meses. Si aún te queda mucha, divide la salsa en porciones del tamaño adecuado y llévate algunas al trabajo para comer. ¿Quieres más ayuda? Lee esto.
Recalienta: La mejor forma de descongelar la salsa para pasta es meterla en el frigorífico toda la noche. Una vez descongelada en su mayor parte, puedes ponerla en una cacerola a fuego lento, removiendo cada pocos minutos.
También puedes poner la salsa para pasta congelada directamente en el microondas. Si eliges este método, asegúrate de que la temperatura es baja y retírala cada pocos minutos para removerla bien. Además, no te olvides de una tapa holgada para evitar salpicaduras.