El tamarindo tiene un sabor único y maravillosamente interesante: dulce, ácido y una gran adición a muchos platos. Para aprovechar al máximo las vainas de tamarindo que compres, tendrás que conservarlas a largo plazo. Pero, ¿cómo? ¿Se pueden congelar?
¿Se puede congelar el tamarindo?
Sí, puedes congelar tamarindo durante años y años. Para congelar las vainas de tamarindo, envuélvelas individualmente en varias capas de film transparente o papel de aluminio. Después, sólo tienes que colocar las vainas bien envueltas en el congelador.
¿ Se congela bien? Yes
¿Se puede volver a congelar ? Yes
Cómo congelar el tamarindo
Con el tamarindo, un poco da para mucho. Si consigues vainas de tamarindo frescas, lo más probable es que no necesites usarlas todas. Congelarlas es la mejor forma de conservarlas y es muy fácil de hacer:
- Envuelve bien la vaina: Para congelar una vaina de tamarindo en casa, tienes que empezar por coger la vaina y envolverla en varias capas de film transparente o papel de aluminio. Si no te importa utilizar una bolsa de congelación, el plástico grueso y pesado funcionaría bien como capa final de protección.
- Coloca la vaina en el congelador: Una vez que la vaina esté bien envuelta para que no le llegue la condensación ni la escarcha, colócala en el congelador. Como la vaina apenas contiene agua, no es susceptible de quemarse en el congelador con el tiempo. En su lugar, simplemente se conservarán indefinidamente.
Entre el papel de aluminio y el film transparente, probablemente recomendaríamos usar film transparente. El film transparente es un aislante, por lo que ralentiza el proceso de congelación de todo lo que lo envuelve. Esto evita hasta cierto punto la condensación y las quemaduras por congelación, lo que significa que las vainas durarán un poco más.
3 consejos para congelar el tamarindo
Ahora que ya sabes cómo congelarlo, te ofrecemos 3 consejos que te recomendamos encarecidamente que sigas al congelar tamarindo para obtener los mejores resultados:
Envuélvelo con cuidado
El tamarindo se conserva indefinidamente en el congelador… ¡Si está bien envuelto! Debes asegurarte de envolverlo completamente, sin agujeros ni huecos.
Intenta descongelar sólo lo que necesites
Descongela sólo la cantidad de tamarindo que necesites en cada momento, así evitarás que la vaina pierda textura durante el proceso de descongelación y recongelación.
Utiliza un cuchillo afilado
Cuando cortes el tamarindo que quieras utilizar en tu cocina, utiliza un cuchillo afilado y pesado para hacer un corte limpio. Un desgarro o rotura permitirá que parte de la vaina se oxide, reduciendo la retención del sabor.
¿Cuánto tiempo se puede congelar el tamarindo?
El tamarindo puede conservarse en el congelador indefinidamente, lo cual es bastante inusual para un ingrediente fresco. La razón por la que puede congelarse tanto tiempo es que las vainas apenas contienen agua, por lo que es prácticamente imposible que se quemen en el congelador.
Además, la naturaleza aceitosa del tamarindo hace que cualquier corte o rotura de la vaina quede sellada funcionalmente contra la condensación y el líquido externos.
Esto significa que el sabor de la propia vaina se mantendrá a lo largo del tiempo, ¡la única razón por la que quieres tener tamarindo en primer lugar!
Guardado en una bolsa resellable, el tamarindo dura entre 2 y 3 semanas en el frigorífico.
¿Cómo se descongela el tamarindo?
La mejor forma de descongelar el tamarindo es sumergirlo en agua caliente durante un breve periodo de tiempo. La duración exacta varía según el tamaño del bloque, pero entre diez y treinta minutos en agua recién hervida serán suficientes para ablandar y descongelar el tamarindo.
A partir de ahí, puedes utilizar el tamarindo como si fuera fresco. La mejor forma de hacerlo es desgranar el tamarindo y seguir remojándolo.
Al cabo de un rato, podrás hacer una pequeña cantidad de pasta de tamarindo, que es lo que piden la mayoría de las recetas. Esta receta de Hot Thai Kitchen es especialmente deliciosa.
¿Se puede volver a congelar el tamarindo?
Sí, puedes volver a congelar el tamarindo y esperar que dure tanto como si no lo hubieras hecho.
El único problema es que, como las células del tamarindo se expanden y contraen en el congelador, perderán textura con el tiempo.
En general, el tamarindo no se utiliza por su textura, así que esto no es realmente un gran problema. Si es algo que te preocupa a la hora de cocinar, entonces puede merecer la pena que lo tengas en cuenta.
En ese caso, corta la cantidad de tamarindo que vayas a utilizar del bloque principal mientras aún esté congelado, y luego vuelve a meter el tamarindo congelado en el congelador.
¿Se congela bien el tamarindo?
Sí, el tamarindo se congela excepcionalmente bien. Esto se debe a que tiene un contenido de grasa bastante alto para algo tan relativamente pequeño como es.
La escasa cantidad de agua que contiene hace que sea prácticamente imposible que sucumba a las quemaduras del congelador. Por tanto, puede durar mucho tiempo con muy pocas complicaciones.
El único inconveniente es que el tamarindo no se congela bien cuando se vuelve a congelar. Las vainas de tamarindo están unidas a la cáscara externa del tamarindo, lo que significa que cuando las vainas y las cáscaras se expanden y contraen durante la congelación y la descongelación, esta conexión se rompe.
Esto puede causar una rotura en la cáscara del tamarindo, lo que puede permitir que se forme condensación dentro de la cáscara, provocando una mini quemadura por congelación. Puede que esto no parezca un gran problema, pero el tamarindo puede ser bastante caro: estropear incluso una pequeña porción puede ser increíblemente decepcionante y exasperante.
Preguntas frecuentes relacionadas
Si aún tienes preguntas sobre la congelación del tamarindo o del tamarindo en general, éstas pueden ayudarte:
Si quieres conservar tamarindo fresco, la mejor forma de guardarlo es en el congelador. El tamarindo se conservará durante años si consigues mantener la humedad fuera de las vainas, lo que es fácil de conseguir en el congelador.
Sí, es posible congelar pasta de tamarindo. Pon porciones de pasta en una cubitera pequeña y congélala en cubitos. Una vez congelados, puedes sacar estos cubitos a una bolsa de congelación.