¿Te has encontrado alguna vez con que compras un bote de queso ricotta sólo para acabar echándose a perder antes de poder utilizarlo todo? Esto ocurre con demasiada frecuencia porque la ricotta tiene una vida útil bastante corta. Entonces, ¿hay alguna forma mejor de conservarlo?
¿Se puede congelar el requesón?
Sí, puedes congelar el requesón hasta 2 meses. Sin embargo, hay que tener cuidado, porque aunque se congele, no debes esperar que se conserve exactamente igual. Habrá cambios en la textura.
¿ Se congela bien? Sometimes
¿Se puede volver a congelar ? No
Cómo congelar el requesón
Si no has abierto el requesón y sigue cerrado en un recipiente apto para la congelación, congelarlo es sencillo. Sólo tienes que escribir la fecha, para saber cuándo se congeló, y meter todo el bote desprecintado en el congelador.
Sin embargo, lo más probable es que hayas abierto el requesón, hayas utilizado un poco y quieras congelar las sobras, así que veamos cómo hacerlo.
Cómo congelar el requesón sobrante en porciones grandes
- Remover: empieza removiendo la ricotta. Esto hace que la textura de la ricotta sea más uniforme, lo que ayuda a que se congele mejor.
- Escurre: Saca el queso del recipiente y ponlo sobre papel de cocina. Debes escurrir la mayor cantidad posible de líquido del queso, ya que es el contenido de humedad del requesón lo que puede causarte más problemas al congelarlo.
- Porciona en bolsas: Vuelve a meter el queso escurrido en un recipiente apto para el congelador o en una bolsa de congelación con cierre hermético. Si no tienes acceso a ellas, puedes envolver el queso en film transparente. Si lo haces así, asegúrate de envolverlo para proteger el requesón del aire.
- Congela: Etiqueta el requesón con el contenido y la fecha y mételo en el congelador.
Cómo congelar pequeñas porciones de requesón
Si sólo sueles utilizar cantidades mínimas de ricotta, una opción estupenda es utilizar una cubitera para congelar la ricotta en pequeñas porciones, perfectas para añadir a una salsa y conseguir un poco más de cremosidad.
- Remover: Remueve la ricotta para asegurarte de que está bien mezclada y tiene una textura suave.
- Escurre: Pon el requesón sobre papel de cocina para escurrir el exceso de líquido.
- Porciona en una cubitera: Vierte una porción de requesón en cada sección de una cubitera. Deja un pequeño espacio en la parte superior de cada sección, ya que el requesón contiene mucha agua y se expandirá al congelarse.
- Envuelve y congela rápidamente: Envuelve toda la bandeja en film transparente y métela en el congelador para congelarla.
- Congelaciónfinal: Una vez congelada la ricotta, puedes sacarla del congelador y transferir los cubitos a una bolsa de congelación. Etiqueta la bolsa con la fecha y el contenido, y ciérrala bien antes de volver a meterla en el congelador.
3 consejos para congelar ricotta
Ahora que ya sabes cómo congelarla, te damos nuestros 3 consejos principales que te recomendamos encarecidamente que sigas al congelar ricotta para obtener los mejores resultados:
Utilizar cocida
Una vez descongelada la ricotta, no intentes comerla sin cocinarla. La textura será bastante horrible. En su lugar, utiliza la ricotta descongelada en un plato cocinado.
Congelar en un plato
Puedes disimular mejor el cambio de textura de la ricotta si la congelas como parte de otro plato, como los canelones.
Evita hacerlo
El último consejo es evitar congelar el requesón por completo. Si disfrutas más de la ricotta cuando está fría y cruda, congelarla no será una experiencia agradable. El requesón se parte cuando se congela.
¿Cuánto tiempo se puede congelar el requesón?
La ricotta puede conservarse congelada unos dos meses antes de que empiece a deteriorarse demasiado.
Cuanto antes puedas utilizar el requesón, mejor, ya que sufrirá algunos cambios mientras esté congelado, y puedes minimizarlos utilizando el requesón cuanto antes.
Una vez abierto, el requesón dura unos 5 días. Sin embargo, no debe conservarse en el frigorífico con la tapa abierta, sino sellada con film transparente, por ejemplo.
¿Cómo se descongela el requesón?
El mejor método para descongelar el requesón cuando llegue el momento de utilizarlo es dejar que se descongele lentamente. Esto minimiza el cambio de textura que obtendrás y ayuda a que el queso se descongele de la forma más segura posible.
Para ello, sólo tienes que sacar el requesón del congelador, ponerlo en un cuenco y meterlo en el frigorífico para que se descongele durante varias horas.
Si piensas con antelación, lo mejor es que saques el requesón del congelador la noche antes de necesitarlo y le des tiempo suficiente para descongelarse durante la noche.
¿Se puede volver a congelar el requesón?
No sería recomendable volver a congelar el requesón. Es un alimento que cambia considerablemente de textura al congelarse y es probable que se degrade si intentas volver a congelarlo.
Además, siempre existe el peligro potencial de que crezcan bacterias al congelar y descongelar un tipo de alimento, y no merece la pena correr ese riesgo.
¿Se congela bien el requesón?
Por desgracia, el requesón no es un alimento que se congele bien. El queso, en general, puede ser un poco difícil de congelar y cuanto más agua tenga el queso, peor se puede congelar.
La ricotta es uno de esos quesos con alto contenido de humedad, y al congelarse, esta humedad se convierte en hielo.
El resultado es que la cuajada y el suero del queso se separan. Cuando descongelas el requesón, este hielo no se vuelve a mezclar, y el resultado es un queso desmenuzable en lugar de un queso suave y cremoso.
Si piensas utilizar el requesón en repostería o en recetas, no deberías notar demasiada diferencia, pero sí debes tener cuidado con las recetas a las que lo añades.
Cualquier receta que dependa de la textura del requesón no será tan buena como si utilizaras requesón fresco.
Preguntas frecuentes relacionadas
Si aún tienes preguntas sobre la congelación de la ricotta o de la ricotta en general, éstas pueden ayudarte:
Puedes congelar ñoquis de requesón fácilmente. Haz los ñoquis y colócalos en una bandeja de horno forrada. Mételos en el congelador durante una hora. Una vez congelados, mételos en una bolsa de congelación. Puedes cocinarlos directamente congelados. Añádelos a una cazuela con agua hirviendo hasta que floten en la superficie.
Desaconsejamos congelar la tarta de ricotta, ya que el relleno se vuelve granuloso y eso es difícil de arreglar cuando ya está combinado en el relleno de una tarta.