La mayoría de las recetas de pesto llevan piñones, que son bastante caros y no ofrecen un gran sabor por su precio. Por eso los he cambiado por semillas de girasol con sabor a nuez en mi sencilla receta de pesto de semillas de girasol . Si no te gusta el sabor de las semillas de girasol, puede que esto no sea para ti.
En mi supermercado local, las pipas de girasol son 4 veces más baratas que los piñones. ¡Es un gran ahorro! El tipo de ahorro que me encanta. Y, de hecho, creo que mi pesto de pipas de girasol es más sabroso que un pesto clásico normal.
Cómo hacer pesto de pipas de girasol
Puedes encontrar una receta detallada con las cantidades completas en la ficha de la receta al final de esta página.
Paso 1: Tostar cualquier semilla o fruto seco en una sartén seca durante unos minutos a fuego medio liberará sus aceites e intensificará el sabor. Así que tuesta las pipas de girasol en una sartén durante 3 minutos más o menos.
Paso 2: Pon las pipas de girasol en un robot de cocina junto con las hojas de albahaca y el ajo, y tritura hasta que todo esté bien picado. Vas a procesarlo mucho más, pero quieres formar una pasta gruesa.
Paso 3: Con el procesador en marcha, vierte lentamente el aceite de oliva en la batidora hasta que se convierta en un pesto con cierta textura. ¡No estás haciendo una salsa suave y vertible!
Paso 4: Cuando tengas una consistencia de pesto, añade el queso y bate un poco más hasta que el queso se haya mezclado. Puedes probarlo y ajustarlo.
Cualquier fruto seco o semilla sirve
Puede sonar extravagante, pero la mayoría de los frutos secos o semillas pueden sustituir a los piñones en el pesto. Yo he utilizado pipas de girasol, pero puedes usar nueces, pistachos, pipas de calabaza o avellanas.
Utiliza
Ahora que tienes un tarro de pesto de pipas de girasol, ¿cómo lo utilizas? ¿Los usos son los mismos que los de una salsa pesto clásica?
- Salsa para pasta: Éste es el uso más obvio. Simplemente mezcla la pasta cocida con el pesto y sírvela con un poco de queso. Si quieres darle más volumen, me encanta añadir brócoli y guisantes cocidos a la pasta.
- Para untar en bocadillos o wraps: Aporta mucho sabor y puede utilizarse en lugar de la mayonesa o la mostaza. A mí me encanta usarla en una tostada de queso a la plancha.
- Aderezo para ensaladas: Diluye el pesto con un poco de vinagre y aceite extra y úsalo para aliñar ensaladas. Básicamente se convierte en una vinagreta de albahaca.
- Cobertura para carnes asadas o a la parrilla: Añade un sabor fresco y herbáceo al pollo, el cerdo o el filete. Una vez asados, rocíalos inmediatamente con el pesto.
- Relleno para pechugas de pollo: Rellena con mantequilla una pechuga de pollo, y espárcela por encima con el pesto de semillas de girasol. Añade una loncha de mozzarella y vuelve a enrollar la pechuga. Antes de hornearla, puedes envolverla en jamón serrano y sujetarla con palillos.
Modifica
Si quieres darle un toque diferente, puedes probar algunos de estos ajustes que a mí me gustan:
- Cambia las semillas: Las almendras, las nueces, los pistachos o las pipas de calabaza aportan cada una su sabor y textura únicos. Experimenta con distintas combinaciones para ver qué te gusta más.
- Añade cítricos: La ralladura de cítricos puede alegrar el pesto y añadir una capa de frescor. Prueba con limón para un sabor clásico, o con naranja para algo diferente.
- Añade verduras: Las espinacas, la col rizada o la rúcula pueden complementar o sustituir a la albahaca.
- Añade variedades de queso: Los distintos quesos ofrecen sabores y texturas diferentes. El pecorino romano es más salado, el asiago es más dulce, y el uso de un sustituto vegano del queso puede hacer que este pesto encaje en una dieta vegana.
- Dale sabor: Una pizca de copos de pimiento rojo puede dar un ligero toque picante al pesto, realzando el sabor general y añadiendo un toque de picante.
- Ajo asado: El ajo asado es más dulce y meloso que el crudo. Envuelve un bulbo entero en papel de aluminio y ásalo durante unos 45 minutos. Luego puedes echar unos cuantos dientes en el procesador y reservar el resto en la nevera.
- Utiliza distintos aceites: El aceite de aguacate o de nuez puede dar al pesto un perfil de sabor diferente. Procura no elegir nada demasiado fuerte, ya que arruinaría el sabor de la albahaca.
- Añade anchoas o alcaparras: Pueden aportar un sabor umami y salado al pesto. Ambos son bastante salados, así que ajusta el nivel de sal en consecuencia.
Antes de que te des cuenta, tendrás tus propias combinaciones locas y únicas de pesto para enseñárselas a la gente que tengas alrededor para cenar. ¿Pesto de semillas de calabaza y rúcula? ¿Pesto de pistacho y limón? ¿Pesto picante de ajo asado? ¿Pesto de col rizada y semillas de girasol?
Almacena
De esta receta saldrá un bote bastante grande de pesto que no usarás de una sentada. Aquí tienes las mejores formas de guardarlo:
Refrigéralo: Pon el pesto de semillas de girasol en un recipiente hermético o en un tarro con tapa hermética. Vierte una fina capa de aceite de oliva sobre el pesto antes de cerrarlo.
Esta capa de aceite ayuda a conservar el color brillante y la frescura del pesto. Bien guardado, durará hasta una semana en el frigorífico.
Congela: Para congelar el pesto, colócalo en una cubitera y congélalo hasta que se solidifique. Una vez congelados los cubitos de pesto, pásalos a una bolsa o recipiente de congelación con cierre hermético.
Este método te permite descongelar la cantidad justa de pesto cuando lo necesites. El pesto de semillas de girasol congelado puede durar hasta 3 meses.